viernes, 9 de octubre de 2009

San Marcos - Satisfacción o decepción


Puede que San Marcos sea la más antigua universidad de América, o puede que no - saben que hay otras universidades que compiten por ese título. Lamentablemente no creo que la antiguedad sea igual a calidad pero eso supongo que lo saben todos los estudiantes de la Facultad de Letras. El texto que sigue parte de mi experiencia como persona que pasó por algunas universidades en calidad de estudiante y por ello va a tener un sesgo muy personal. Sin embargo, me gustaría contar también con opiniones suyas sobre la vida universitaria.
Volviendo al tema... San Marcos nunca fue la universidad que yo soñe, de hecho, el que haya pasado gran parte de mi vida en el extranjero contribuyó a que me enterase de la existencia de nuestra Alma Mater recién poco tiempo antes de ingresar en ella. Sin embargo no me decepcionó - puede que haya sido por que esperaba muy poco de nuestro centro de estudios ¿Qué era lo que pensaba encontrar en la UNMSM?
- Al ser una universidad nacional, y al haber estudiado anteriormente en la UNSAAC suponía que habría MUCHAS huelgas - de hecho la realidad fue, gracias a Dios, mejor de lo que creía.
- Algunos profesores no cualificados pero los hubo peores de lo que yo me imaginé.
Qué aspectos me sorprendieron:
- La impuntualidad de los profesores. Este defecto se hace sentir más en los primeros años pero me pareció absoluntamente irrespetuoso y extremadamente irritante. Cuando estudié en Cusco nunca tuve que paliar con ese problema.
- La calidad académica de algunos profesores... Muchos son aceptables o buenos pero también hay gran cantidad de profesores muy malos.
-El descuido que sufre el local de nuestra facultad en su aspecto físico - además de su fealdad (puede que a alguien le guste pero yo no la encuentro agradable)
- Positivamente - el trato bastante personalizado que dan muchos profesores al realizar las clases y la busqueda de retroalimentación.
-Que aún haya profesores entusiastas en la Universidad a pesar de todas las adversidades que tienen que enfrentar.

Estos fueron algunos aspectos y resumiendo puedo decir que Letras me resultó aceptable pero no tanto para que me sienta orgullosa de decir: ESTUDIO EN LA FACULTAD DE LETRAS DE SAN MARCOS.
¿Y cómo fue con Ustedes? Espero sus opiniones

Lucía Málaga

4 comentarios:

Segunda Piel dijo...

La experiencia sanmarquina suele estar llena de anécdotas (de las buenas y de las malas). Ni tan mala ni tan peligrosa ni tan ociosa, pero tampoco del todo merecedora de su fama internacional, no?
Yo que he andado por Letras desde niña puedo decir que prefiero esta época a aquellas con pintas y explosiones y marchas de encapuchados, y también esta sobre la de intervención militar con balaceras incluidas.
Algo bueno que puedo decir de San Marcos en general (y no solo de Letras) es que forma en sus alumnos un carácter único y una capacidad (por su misma falta de recursos) de sobreponerse a los problemas.
Diana Z.

Anónimo dijo...

Concuerdo con Diana. Estudiar (y trabajar) en San Marcos nos prepara para afrontar situaciones inesperadas. Es en definitiva una experiencia compuesta de puntos a favor y en contra, aunque muchas veces la tendencia es a percibir estos últimos con mayor frecuencia.

Me agrada el tono de la revista. Espero ver este estilo de artículos con más frecuencia, es decir, aquellos que nos llevan a opinar sobre la idiosincracia sanmarquina, si es que se le puede llamar de esa manera.

- B. Loayza

sem nome dijo...

\o/
Escreve muito bem (y)'

Segunda Piel dijo...

Definitivamente, el prestigio que ostenta nuestra Casa de Estudios en el extranjero se debe a su antiguedad antes que a una trayectoria académica consolidada. Esta es una realidad que se viene heredando año tras año porque las condiciones en que se imparte la enseñanza universitaria permanencen inmutales, es decir, no se ejecuta cambios de mejora; y el discurso que nos vende la idea de que San Marcos es así porque es una universidad pública solo puede ser vista como un pretexto, siendo sinceros muy ingenuo, que trata de justificar el conformismo que parece haberse instalado en las mentes sanmarquinas.

Lo dicho en líneas arriba es una apreciación bastante general, pero siendo menos estricta y hablando, exclusivamente, desde mi experiencia personal puedo decir que San Marcos no me causó una total desilusión y llego a esa conclusión porque de no ser así no tendría sentido haber decidido estudiar una segunda carrera en la misma universidad. Ciertamente, este recinto universitario está impregnado de cosas negativas, pero también positivas, siendo éstas últimas las que me animan a seguir mis ideales y me inspiran a tener un gran respeto por mi Alma Mater.

LISSETH AVILA

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