Seis gatos es una revista trimestral que se centra en la creación de los alumnos de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM, pues estos necesitan un lugar donde puedan dar a conocer sus ideas y opiniones. Pretendemos ser un espacio donde la creatividad de los estudiantes se exponga a través de críticas a obras de diversa índole que podrían involucrar el arte visual, literario, audiovisual o demás formas de expresión. Así también sus propias creaciones literarias, sobre todo las de forma breve. Igualmente, se busca considerar a quienes cuya máxima forma de expresión es el arte fotográfico. Con el término creaciones, no solo nos referimos a lo que involucra directamente la imaginación de cada autor, sino también buscamos publicar resultados de la experiencia académica lograda. La facultad cuenta con seis escuelas, cada una orgullosa de su identidad distinta de las demás. El nombre de la revista, Seis Gatos, expresa estas características e indica la mayor integración que deseamos alcanzar. La convergencia de diferentes actitudes y puntos de vista es lo que nos da una mayor riqueza creativa.
¿Qué carátula preferirías para nuestra revista?
Comité Editorial
Ana Vivian Herrera Tiza Lucía Málaga Sabogal Vanessa Montoya García Sherly Sulca Flores Isabel Velarde Meneses
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Hace 15 años
Wislawa Szymborska - Un gato en un piso vacío
Morir, eso no se le hace a un gato. Porque qué puede hacer un gato en un piso vacío. Trepar por las paredes. Restregarse entre los muebles. Parece que nada ha cambiado y, sin embargo, ha cambiado. Que nada se ha movido, pero está descolocado. Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera, pero no son ésos. La mano que pone el pescado en el plato tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza a la hora de siempre. Hay algo que no ocurre como debería. Aquí había alguien que estaba y estaba, que de repente se fue e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios. Se ha recorrido la estantería. Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado. Incluso se ha roto la prohibición y se han desparramado los papeles. Qué más se puede hacer. Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese, ya verá cuando aparezca. Se va a enterar de que eso no se le puede hacer a un gato. Irá hacia él como si no quisiera, despacito, con las patas muy ofendidas. Y nada de saltos ni maullidos al principio.
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